Advertencia

Este blog no apoya ninguna postura política ni reivindica ideología alguna. Los mensajes, vídeos y demas elementos poseen únicamente un interés histórico-cultural y artístico. Las opiniones expresadas se limitan a los términos escritos en ellas.

septiembre 26, 2009

Las Faltas de la Iglesia


Para cumplir su misión de educar a los pueblos bárbaros, la Iglesia, en la Edad Media, tuvo que mezclarse con ellos, y participar, en consecuencia, de los defectos y ventajas de su organización.



Los obispos se hicieron señores, y el Papa fue rey; y, como de su parte estaba la mayor ilustración y moralidad, con el tiempo se aumentaron su poder político, su prestigio y sus riquezas, hasta el punto de pertenecerle en Alemania la tercera parte del territorio, en Inglaterra la quinta parte, sucediendo lo mismo, poco más o menos, en las otras naciones.


Pero, con la prosperidad, vino, naturalmente, la corrupción, la afición a los goces y comodidades, y el olvido de la pureza de vida y de costumbres de los primeros cristianos; y el pueblo, abandonado a su propia ignorancia, convirtió la religión en un conjunto de prácticas supersticiosas, de creencias absurdas, de falsas reliquias y milagros, cuidándose poco el Clero de su mejoramiento moral mediante la imitación de las virtudes evangélicas.


No sería justo condenar a la Iglesia por haber emprendido aquel camino en la Edad Media, porque, en verdad, era el único conducente al bien de la humanidad. Si se hubiera aislado de los bárbaros, no hubiera podido influir sobre ellos, ni ejercer su altísima misión de civilizarlos. Si despues de esto vinieron, naturalmente, la relajación y las riquezas, tampoco se puede culpar a la Iglesia, que, por medio de los pontífices más caracterizados de aquellos tiempos, procuró de todas maneras, aunque inútilmente, arrancar de raíz aquellos males, y restablecer la pureza de la disciplina, como se había mantenido en los primeros siglos del Cristianismo y hasta muy entrada la Edad Media.


Altos dignatarios y doctores de la Iglesia, en defensa de esta institución cristiana, clamaban por la moralización de ese Clero, predicaban el retorno a la pureza de costumbres, anhelaban tambien una reforma.


Preclaros varones dejaron sentir su voz. Así en el siglo XII San Bernardo exclamaba: "Quién me diera ver, antes de morir, la Iglesia de Dios como estaba en los primeros tiempos."


En el concilio de Viena (1311), "un obispo eminente expuso a la asamblea que era necesario reformar la Iglesia en su cabeza y en sus miembros."


El Papa Eugenio IV (1431 - 1447), escribía a la dieta de Nüremberg: "Sabemos que en la Santa Sede ha reinado una gran corrupción por mucho tiempo; y que el mal se ha transmitido de la cabeza a los miembros, del Papa a los sacerdotes, por eso queremos reformar primero nuestra sede, de donde quizá se origine todo el mal."


La necesidad de reformar a la Iglesia de Cristo era, pues, un vehemente anhelo no sólo de elementos extraños al Clero, sino de muchos ilustres ministros y varones de Dios.


Por otra parte, habían contribuido también a mermar la autoridad y prestigio de la Iglesia, las ambiciones al solio pontificio (al cargo de Papa) que dieron como resultado el Gran Cisma o Cisma de Occidente que, habiendo comenzado en 1378, originó la existencia en la Edad Media de hasta dos Papas a la vez. En Roma y en Aviñón (Francia), poniéndose en duda la autenticidad de los mismos.


Restaron, asi mismo, unidad y fuerza a la Iglesia, las querellas surgidas entre los Concilios (asambleas de obispos) y los Papas. Muchos defendían la superioridad del Concilio sobre la autoridad del Santo Padre. Tambien estimularon las críticas al Clero las riquezas y el lujo desmedido de los mismos, contrarios a la sencillez, humildad y pobreza cristianas. Además, fueron el blanco de los ataques los desórdenes de la simonía (venta de cargos eclesiásticos) y la concesión inmoderada de indulgencias (también a cambio de favores económicos).

El Poder Político de la Iglesia


El poder político de la Iglesia emanó de su tremenda influencia espiritual. El Papa, como jefe de la Iglesia y soberano moral de los pueblos, intervenía en los conflictos internacionales ya como mediador o ya como parte de ellos, siendo su opinión o autoridad muy respetada y considerada.

Asimismo los Soberanos Pontífices lograron aumentar su influencia política cuando formáronse los estados pontificios de los que llegaron a ser sus soberanos.
San Bonifacio VIII, refiriéndose a la autoridad de la Iglesia, se expresaba de la siguiente manera:

"Existen dos gobiernos: el espiritual y el temporal, y ambos pertenecen a la Iglesia. El uno está en manos del Papa, y el otro en manos de los reyes, pero éstos no pueden hacer uso de él sino por medio de la Iglesia, según la orden y con el permiso del Papa. Si el poder temporal se tuerce, debe ser enderezaddo por el poder espiritual. Asi, pues, declaramos, decidimos y pronunciamos que es absolutamente necesario, para salvarse, que toda criatura humana esté sometida al pontífice romano."


El espíritu religioso estuvo fuertemente arraigado en la Edad Media. Los hombres no tenían más ideales, más aspiraciones ni más preocupaciones que ser buenos católicos y esperar, finalmente, una recompensa en el cielo. No les interesó los problemas del hombre, del mundo ni de la vida. Debian cumplir sólo con los sacramentos de la Iglesia: bautismo, confirmación, matrimonio, confesión, ete. Las guerras de las Cruzadas y el arte, son, precisamente, la expresión del intenso fervor religioso que imperó en la Edad Media.


El poder de los Papas quedó consolidado, cuando éstos hiciéronse de territorios y formaron en ellos los llamados Estados de la Iglesia. La autoridad de los jefes de la Iglesia continuaba, asi, siendo grande; pero surgieron razonamientos y conflictos entre éstos y los reyes por las cuestión de las investiduras, o sea la facultad de nombrar a las autoridades eclesiásticas. Los reyes, se creían con el derecho de continuar designando a los obispos, arzobispos, etc.; pero los Papas, reclamaron para sí tal prerrogativa; entonces, se produjeron prolongadas luchas. Finalmente triunfó la Iglesia, pues, los únicos que, en adelante, tendrían dicha facultad serían los Papas.

septiembre 24, 2009

La Iglesia y el Orden


Como en ninguna época de la historia , la Iglesia Católica desempeñó un papel preponderante en la Edad Media. Fue ella el más poderoso pilar sobe el que descansó la sociedad medieval; su influencia se dejó sentir en todos los aspectos de la vida, y, debido a ello, los Papas lograron concentrar en sus manos un tremendo poder espiritual y político. La Iglesia fue, asi mismo, la depositaria de la cultura, asi como la poseedora de un inmenso poder económico.
Por sobradas y muy justificadas razones, la Iglesia logró tener considerable influencia y autoridad en la Edad Media. Asi:

1. Por la unidad, disciplina y organización del Clero. Los miembros del Clero se mantenian unidos y organizados jerárquicamente. El supremo jefe era el Papa, luego venían los cardenales, arzobispos, obispos, vicarios, párrocos y curas.

2. Por su obra cultural y social. El Clero era la única clase ilustrada; sus miembros dirigían las escuelas, los colegios y, posteriormente, las universidades. Los valores de la cultura greco-romana, el arte y la ciencia, se salvaron, precisamente, en las iglesias y en los conventos. Y, desde el punto de vista social, la Iglesia se unía íntimamente a la vida del hombre, ya mediante la educación o ya mediante obras de beneficencia.

3. Por sus luminosas enseñanzas morales, espirituales y humanas, que constituyen el sólido fundamento del cristianismo.

4. Por la íntima cooperación entre la Iglesia y los reyes. Las dos fuerzas y poderes más grandes de la Edad Media estuvieron personificadas en el Papa y el Rey. El poder espiritual y el poder civil o material.

5. La excomunión. Poderosa arma empleada por la Iglesia, para combatir a sus enemigos. El excomulgado, era tratado como un ser maldito, excluido y rechazado por la sociedad. Nadie deberia establecer contacto con él. En el templo, el obispo leía la sentencia de excomunión que terminaba así:

"Que sea maldito en la ciudad, que sea maldito en el campo; malditos sean sus graneros, sus cosechas y sus hijos. Que se apague la luz de su vida por una eternidad a menos que se arrepienta."

Hasta los mismos reyes excomulgados, vieron minada su situación debido a los efectos de tan temible arma.

Por otra parte, las grandes riquezas que poseía la Iglesia contribuyeron tambien a acrecentar su autoridad y poder en la Edad Media.

septiembre 13, 2009

El Importante Papel de la Iglesia

Una de las características de la Edad Media es el predominio de la Iglesia y de la idea religiosa sobre todas las relaciones políticas y sociales. En efecto, al derrumbarse el Imperio Romano de Occidente, el único poder organizado que queda en pie es el de la Iglesia, y ésta en vez de ofrecer inútil resistencia a los bárbaros, les abre sus brazos, procura dulcificar sus costumbres, les presenta nuevos ideales, y merced a su abnegación y caridad logra convertirlos al cristianismo y salva asi casi todo lo que la civilización tenía verdaderamente de benéfica para la humanidad.





Si la Iglesia pudo desempeñar en la reconstrucción del mundo un papel tan importante, fue merced a su poderosa organización que le permitió triunfar de todos los obstáculos, tanto religiosos como políticos y raciales. Esa organización centralizada alrededor del Papa, mantuvo su fuerza durante toda la Edad Media merced a su unidad. La autoridad del Papa, obispo de Roma, fue respetada por todos los demás obispos y por los fieles. A él se acude cuando aparece alguna herejía. Sus representantes presiden los concilios.


"Roma ha hablado, el asunto esta acabado"
dice San Agustín refiriéndose a la condenación del pelagianismo (herejía de Pelagio que negaba el pecado original).



La Iglesia Católica fue el más poderoso factor de orden social durante la Edad Media, y puede asegurarse sin exageración que desde la conversión de los bárbaros hasta fines del siglo XIV ninguna actividad escapó a su fiscalización. En efecto, merced a su organización jerárquica, la Iglesia se hallaba en contacto íntimo con todas las clases de la sociedad y tuvo a su cargo la organización y redacción de una serie de registros destinados a establecer la situación de cada persona en la vida social, lo que llamamos hoy el registro civil. En cada parroquia, el Clero llevaba cuenta de los nacimientos, matrimonios y defunciones de los católicos (para los judíos existían registros especiales) y todas estas actas servían a la nación para comprobar el estado civil de sus habitantes.


Desde el punto de vista intelectual, mucho es lo que Europa debe a la Iglesia, y especialmente a los monjes; éstos desmontaron los bosques, desecaron los pantanos, cultivaron y enseñaron a cultivar la tierra, fabricaron tejidos, muebles, objetos artísticos y, sobre todo, recopilaron en sus manuscritos todo el saber antiguo, salvándolo del olvido. Se puede decir que los monasterios, eran a la vez granjas modelo, talleres, bibliotecas y escuelas. Organizáronse, al mismo tiempo, obras e instituciones de caridad. Siempre fueron los conventos, especialmente en los tiempos más calamitosos, asilo de los pobres y necesitados. Los monjes les proveían de alimento y vestido, mientras fundaban hospicios para los viajeros y peregrinos, hospitales para los enfermos y asilos para los huérfanos.

septiembre 11, 2009

{APOLOGÍA DE LA IGLESIA}

La Santa Madre Iglesia



Mucho se ha hablado en los años contemporáneos acerca de la Iglesia Católica Apostólica Romana, denostándola, tachandóla de represora de las ideas, castigadora de la libertad y causante del letargo de las ciencias durante la Edad Media, achacándole culpas exageradas y responsabilidades que en realidad no posee. Todas estas opiniones equivocadas obedecen a dos causas principalmente.



La primera causa, a la voluntad y animadversion, a sabiendas o inconsciente, de hombres y mujeres doctos e ilustrados, que a partir del siglo XVIII, pero principalmente durante los siglos XIX y XX, se dedicaron a atacarla y difamarla, imputándole infamias y supuestos "crimenes" contra el hombre. Asi, estas personas señalan a la Iglesia como un ente arcaico, inútil y perjudicial para el desarrollo del ser humano.



Estas ideas son impulsadas por su odio o antipatía a la Iglesia, lanzando postulados que quieren elevar a la categoría de doctrinas para el "progreso" de la humanidad. Todos sus ataques filosóficos son empujados por su odio a la Iglesia Católica y al ser llevados por esta tendencia, pierden objetividad en sus aseveraciones. Estas personas lanzan sus ataques muchas veces desconociendo la realidad historico-global de los tiempos pasados y sin ponderar correctamente toda la herencia cristiana, que, como veremos más adelante, en realidad es la que construyó el terreno cultural que hizo posible que desde entonces y ahora estos opositores puedan elevar sus banderas de la racionalidad y no se hallen en la ignorancia del saber y el desorden de la incivilización.




Cruz celta. Por su separación del continente, Irlanda fue el más importante centro cristiano de protección de la sabiduría del mundo occidental durante la Alta Edad Media.




La segunda causa, responde al ambiente actual de consolidación y auge de las ideas filosóficas-ideológicas-doctrinarias sociales y políticas donde la libertad individual ocupa un lugar tan importante. Las personas de hoy, acostumbradas a este sistema contemporáneo, al mirar hacia los tiempos pasados pueden creer que las críticas maliciosas que se han hecho contra la Iglesia tienen razón. Pero el ambiente de hoy y el de aquel tiempo eran sustantivamente diferentes, en lo geográfico, científico, filosófico, académico, cultural, social, militar, económico, político, religioso y en la misma opinión, pensamiento y sentir de los hombres.



Se trataba de realidades distintas, y pretender juzgar aquellos tiempos con la óptica presente y sin conocer la naturaleza completa de todos los hechos y elementos que constituyen ese período y su mentalidad, es casi un absurdo. Pretender condenar el proceder tomado por toda una sociedad en un determinado momento de auge filosófico-ideológico-doctrinario teniendo por juez al ideario filosófico-ideológico-doctrinario de hoy es simplemente absurdo. Es como si juzgáramos negativamente a un diestro herrero de la centuria del 1500 por "preferir" ganarse la vida moldeando el acero en lugar de dedicarse en adelantarse a descubrir la teoría de la gravedad de Newton. Pretender que tal herrero haga lo segundo es un absurdo, porque el herrero no conoce ni tiene suficiente preparación de las ciencias matemáticas y físicas para aplicarse a ello, y aunque lo tuviera, las necesidades prácticas de su situación social y económica no le permitirían hacerlo, pues debe preocuparse de ganarse el sustento diario. Para tal herrero lo más natural es laborar como herrero, tal como para la sociedad medieval lo más natural fue desenvolverse en sus manifestaciones típicamente cristiano escolásticas medievales. No se trataba de una "eleccion", no es que la Iglesia eligió e impuso ese sistema a la sociedad, sino que la sociedad misma, en todo su conjunto, estaba actuando de acuerdo a lo que era más natural y lógico para ella.



La Iglesia Católica constituyó un gran centro de saber y cultura provechosa para el hombre durante toda la Edad Media. Gracias a ella se evitó que el ocaso de las civilizaciones griega y romana acarrearan la extinción para siempre de sus conocimientos. Luego de la desaparicion del Imperio Romano de Occidente y las invasiones bárbaras del norte de Europa, se corría el riesgo del fin completo y definitivo de la sabiduria alcanzada, e iniciar el occidente una nueva era sin ningun legado del saber anteriormente alcanzado, partiendo desde un verdadero desamparo de conocimientos. Lo común hubiese sido que tras desaparecer la civilización greco-romana, ésta se haya perdido para siempre con todas sus creaciones y logros del saber humano. De haber sucedido asi, habría significado un verdadero partir de cero para el mundo de occidente, que debería redescubrir todo de nuevo, acarreándose un desarrollo aún mas lento que el que experimentó en la Edad Media.



Ejemplos existen, tales como la desaparición casi total de la sabiduría de los antiguos egipcios, creadores de una de las civilizaciones más desarrolladas de la historia; la extinción de la civilización mesopotámica, auténtico núcleo de produccion de cultura avanzada de la antigüedad en oriente. Muchos hombres exhaltan los logros de la Grecia y Roma clásicas, tales como la democracia, las leyes, artes y ciencias, y señalan a la Iglesia medieval como un retroceso en el progreso del hombre. Estos críticos olvidan o no quieren mencionar que fue precisamente la Iglesia, occidental y oriental, la que salvaguardó estos conocimientos de su extinción y perdida inminentes, haciendo de vía para que nos llegasen a nosotros. Cuántas maravillas del saber de los faraones se habrán perdido para siempre, sepultadas en las arenas de Egipto? Cuántas las excelentes obras culturales desaparecidas bajo las ruinas de las espléndidos imperios de Asiria, Babilonia y Persia? Cuánto el conocimiento valioso condenado al olvido oculto por la ignorancia de escritura de los Celtas europeos? Quién sabria algo de las cosmovisiones nórdicas a no ser por la pluma de los clérigos medievales de Islandia, que las pusieron por escrito? La recuperación de datos que se ha obtenido de aquellas civilizaciones extinguidas a través de la arqueología no puede alcanzar a cubrir su verdadera magnitud, pues esa recopilación esta basada en la conjetura y la re-construccion metódica de los elementos dispersos, como un complejo rompecabezas de miles de piezas que ha perdido cientos de ellas, que nunca llegará a hacer una comprensión exacta y completa de su verdadera realidad y naturaleza. Aquello en modo alguno puede compararse con el saber greco-latino, que nos ha sido legado por la Madre Iglesia a traves de los siglos, con conocimiento vivo y experenciado por sus propios hombres, quienes a finales del Imperio Romano estaban empapados de la cultura helenística y latina, habiendo coexistido y relacionado con los auténticos protagonistas, representantes y depositarios de tales culturas.


La Iglesia fue también la que sentó las bases fundamentales para que el mundo occidental pudiera disponer de los elementos necesarios para la eclosión y desarrollo de conocimientos producidos a partir del Renacimiento y la Edad Moderna. Fueron los monasterios quienes guardaron los registros de los grandes sabios de la antigüedad, mientras los señores feudales se enfrentaban en guerras. Los primeros hospitales fueron creados en el medievo por los religiosos cristianos y las escuelas y universidades fueron fundadas por obra de hombres eclesiásticos medievales.