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mayo 28, 2009

La Epopeya Nacional Germánica

Primera página del Cantar de los Nibelungos, manuscrito del 1220 -1250 aprox.

Junto al poema caballeresco, que no sólo toma de Francia el contenido sino asi mismo el espíritu que lo anima, se da también un mundo completamente distinto: el de la epopeya heróica o Heldenepos, el movimiento más significativo del renacimiento germánico, que restaura las antiguas tradiciones nacionales, conservando la concepción fatalista y trágica de la vida. De la antigua tradición perduran también la inmisericorde venganza y la lealtad. No dejan de advertirse en el Heldenepos influencias cristianas, pero la idea central es la misma que la del canto heróico del período de las migraciones de los pueblos germánicos: la lucha del héroe contra su propio destino.


El poema principal -no sólo por dar origen al género del Heldenepos, sino por su calidad-, es el célebre Nibelungenlied (hacia 1200-1204), el Cantar de los Nibelungos, obra de un bardo austríaco (verosímilmente, un Spielmann o juglar, mejor que un caballero). Antes de la redacción que se conserva, se supone que hubo otra más corta (la Aeltere Not). La redacción original terminaría con las palabras "der Nibelunge nôt" ("el trágico fin de los nibelungos"); la posterior, en 39 cantos, habría cambiado la última palabra en lied (canción). En el Cantar confluyen dos sagas independientes: la de Sigfrido y Brunilda, por una parte, y la del fin de los Nibelungos, por la otra. La base histórica del segundo componente, el fin de los Nibelungos, es la destrucción del primer reino de los burgundios a manos de los hunos, en 436. La trama es compleja y rica en estampas de elaborado patetismo. Sigfrido, el invulnerable, vencedor de seres portentosos y conquistador del tesoro de los Nibelungos, consigue ganar la mano de Crimilda al ayudar a su hermano Gunther, rey de los burgundios, a casarse con Brunilda, reina de Islandia, superando el desafío a que ésta somete a sus pretendientes. Al descubrir luego Brunilda que ello se logró por medio de una estrategema (recurriendo a un manto que vuelve invisible a quien lo lleva y gracias al cual Sigfrido ejecuta las pruebas que Gunther finge realizar) se siente ofendida y hace que el cruel Hagen averigüe el secreto de la invulnerabilidad de Sigfrido y lo asesine a traición. Trasladada a la corte de Atila, Crimilda vive sólo para la venganza, que obtendrá al cabo de los años, al provocar que los hunos acaben con los burgundios -en ocasión de una embajada- y Gunther sea muerto en su presencia, mientras que ella misma, con la espada de Sigfrido, decapita a Hagen (que se ha negado a revelarle dónde está escondido el tesoro de los Nibelungos), para perecer a su vez trágicamente. El Nibelungenlied ha sido definido como el poema de la fidelidad germánica. En él, son los pueblos los protagonistas.


Entre 1230 y 1240, siguiendo el modelo del Nibelungenlied, un poeta austríaco desconocido compuso compuso el Kudrun, la segunda epopeya clásica germánica, centrada en la figura femenina que da título al cantar: "la joven princesa que acepta con firmeza inconmovible su martirio de amor, el hambre, los trabajos serviles, la desnudez sobre la nieve y entre los helados vientos del mar del Norte". Estilísticamente es mucho más atildada que su predecesora. A veces, con un poco de presunción, se ha comparado la primera obra a la Ilíada y la segunda a la Odisea. La comparación, más que a motivos estéticos, obedece a la importancia de ambas obras como representativas de los valores tradicionales del germanismo.

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